Skip to content

Experiencias de nuestros clientes: Allan Baudoin, maestro zapatero

All Baudoin making boots

Zapatos. Todos tenemos zapatos —algunos más que otros— y si estás metido en el mundo de la moda, seguramente no podrás explicar por qué te hacen enloquecer. Esto es exactamente lo que le ha pasado a Allan Baudoin, un zapatero francés afincado en Londres, que en los últimos años ha logrado maravillar a sus clientes con sus zapatos hechos a mano y a medida.

Licenciado en Informática y Dirección y Administración de Empresas, el sector de la tecnología era la opción más lógica donde desarrollar sus habilidades. Sin embargo, su rumbo profesional cambió tras un encuentro fortuito con un zapatero en Dalston (este de Londres) con el que Allan acabaría colaborando para después crear su propia empresa.

Allan nos desvela cómo Instagram, los conocimientos informáticos y la suerte han jugado un importante papel en esta aventura profesional.

Cuéntanos un poquito sobre tu andadura.

Mi primer trabajo fue en el departamento de estrategia y marketing de Apple y después me fui a una compañía de videojuegos con sede en Londres que se llama Gameloft. Quería hacer algo un poco más creativo y eso era imposible en un ambiente corporativo. Ahora soy consciente de que lo mío no era estar en una gran multinacional. Así que dejé mi trabajo en Gameloft y monté mi propia startup tecnológica. Estuve centrado en este proyecto varios meses hasta que un día llevé a arreglar unos zapatos a un zapatero de 62 años que acababa de abrir su taller en Dalston. Desde que era pequeño siempre me picó la curiosidad por saber cómo se hacen los zapatos, así que cuando conocí a este señor, le pedí que me contase todo sobre ello.

Le estuve dando vueltas al tema durante una o dos semanas y tomé una decisión: quería aprender a hacer zapatos.

¿Se te ocurrió que querías montar este negocio así de repente tras conocer a un zapatero?

Me pasé un año trabajando con él y observando sus técnicas. Fue como hacer unas prácticas, solo que además llevaba y gestionaba el negocio. He llegado a conocer a muchísimos zapateros pero ninguno tan bueno como él. Fue una suerte dar con uno de los mejores zapateros del mundo justo cuando había decidido darle un nuevo rumbo a mi carrera.

Allan Baudoin in the process of making shoes

¿Cómo ha cambiado la empresa en los últimos años?

Al principio yo me encargaba de la parte empresarial y él de la artesanal. Pero ahora es un poco más complicado. Cuando empecé, mi objetivo era aprender cómo funcionaba todo. Al ir adquiriendo experiencia, pude empezar a contratar empleados. Los zapatos a medida que hago en realidad son el producto de cuatro o cinco artesanos especializados. Después de dos años y medio, estoy a punto de abrir una nueva compañía de zapatos de pret-à-porter. Mi plan consiste en crear mi propia compañía sacando partido de los conocimientos que he aprendido en la industria y hacer zapatos inspirados en maestros de la confección como Savile Row pero a un precio más asequible.

¿Por qué decidiste ofrecer un servicio de zapatos hechos a medida?

Mi intención era conseguir hacer un zapato inmejorable. Y para ello, necesitas tiempo pues lo tienes que hacer todo a mano. Los clientes que vienen a mi tienda pueden elegir directamente el tipo de cuero que prefieren, las hebillas y cualquier detalle que deseen. A mis clientes les gustan las cosas hechas con precisión y saben apreciar los pequeños detalles. Por ejemplo, una pregunta habitual podría ser cuántos centímetros tiene la suela en los bordes.

El segundo motivo por el que decidí hacer calzado a medida fue porque estaba llevando la compañía como si se tratase de una start-up. La austeridad y el control de gastos eran fundamentales, por ello, era lógico hacer el calzado por encargo. Y si hacer el calzado por encargo era lo lógico, también era lógico hacerlo a medida. Me parece mucho más interesante hacer cien pares de zapatos diferentes que hacer cien réplicas de un mismo zapato.

¿Por qué utilizas Instagram como red social principal de tu negocio?

Instagram es una herramienta esencial para un artesano como yo. Gracias a esta red social, me he dado a conocer a un montón de gente. De hecho, así fue cómo conseguí mi segunda tanda de clientes. El primer grupo se debió a mi propia red de contactos y a mi frenética actividad de networking. Varios blogs empezaron a publicar mi trabajo, conseguí más atención mediática y el negocio empezó a crecer así.

Creo que nuestro Instagram funciona muy bien porque dejo ver todo lo que hacemos en el taller y mi trabajo artesanal. Los seguidores pueden ver todos los pasos del proceso de creación de calzado.

¿Qué consejos le darías a un negocio que usa Instagram?

A la gente le gusta ver cosas que le causen impresión, que se sean novedosas. Cuando saco fotos, me tiro horas y horas hasta que consigo material de alto nivel. Si lo que propones en un producto de calidad, la gente va a querer seguirte. Pero les van las cosas extravagantes, por eso no me pongo a publicar 15 fotos seguidas de zapatos negros. Intento postear vídeos y fotos sobre el proceso artesanal además de fotos del producto ya terminado. Hay que ir mezclando material y publicarlo de manera lógica.

Shoe made by Allen Baudoin

Tienes un máster en Dirección y Administración de Empresas. ¿Qué es lo más importante que has aprendido de este curso?

Tener conocimientos informáticos es muy importante. Saber utilizar herramientas de colaboración gratuitas como SquareSpace, Stripe o Google Docs es de gran ayuda cuando montas una empresa. Y siempre hay que estar al día de los últimos productos y servicios disponibles. Poder gestionar mi compañía sin necesidad de tener que contratar a expertos en diferentes materias, fue fundamental durante mis inicios.

¿Cuál sería el personaje histórico al que le cogerías prestados unos zapatos?

A Gustave Flaubert. Creo que sería una gran experiencia calzar sus zapatos. Aunque no sé si serían de muy buena calidad. Creo que acabo arruinado…

Mantente en contacto

Obtén inspiración, consejos comerciales y ofertas especiales directamente en su bandeja de entrada con nuestro MOOsletter, disponible cada dos semanas.

¡Suscríbeme